
En ocasiones cuando salgo al campo a disfrutar del todoterreno me acompañan mi mujer y mis hijos. El asiento de atrás se me antoja una grada en la que dos personitas van observando lo que ocurre delante a la vez que disfrutan igualmente del paisaje y van atentos a otros posibles compañeros de "ruta" . Siempre voy más atento a la conducción e intento no dar muchos "saltos" y evitar maniobras bruscas. No siempre se consigue ya que en cualquier vuelta del camino se esconde un bache, una zona embarrada, un desnivel, o una piedra que hacen mover todo el cuerpo sobre el asiento. Otras veces sobre zonas de baches enlazados, el cuerpo se menea a un lado y hacia el otro y se empiezan a oir protestas que provienen de la zona de atrás. Realmente no sé si lo que les gusta es pasear en coche por un camino, o bajarse cuando llegamos a un sitio pintoresco y dar unas carreras, o descubrir ese rincón que estábamos buscando, o ver a otros vehículos evolucionar delante o detrás nuestro, pero que les gusta estoy seguro.

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