Que duda cabe de que la Semana Santa es, o debe ser, la mayor fiesta católica o cristiana, ya que se conmemora la muerte Cristo en la Cruz.
Al margen de creencias o celebraciones religiosas, este fin de semana es importante por otras razones que van ligadas en mayor o menor medida a lo religioso, como es ser el primer puente vacacional del año, el que mayor número de desplazamientos presenta y el que condiciona otras fiestas o puentes. Veamos.
Este pasado fin de semana, y puesto que era la Semana Santa, uno de los temas de conversación que surgieron en las “tertulias” que organizamos en torno a una copa era el porqué la celebración de dicha fiesta religiosa no tenía fecha fija sino que cada año se celebraba en distintos días e incluso en distinto mes. Nadie lo sabía exactamente. Alguien había oído algo en la tele. Otro recordaba cierta dependencia con el domingo de ramos o el Pentecostés o no sé cuales otras fiestas. Cuarenta días antes del domingo de resurrección….Cincuenta días después… Tiene algo que ver la luna llena...Es por el equinoccio de primavera… Todos teníamos algo de razón, pero el batiburrillo que habíamos organizado no conseguía sacarnos totalmente de la duda, ya que a estas alturas buscábamos el cálculo exacto. La consulta al párroco nos confirmó la luna llena como inicio del cálculo, pero no nos resuelve del todo las dudas ¡Qué cosas!. Que más daba qué fecha, si lo bueno eran estos días de descanso y disfrute caigan en la fecha que caigan, ¿o no?.
Todos recordábamos “algo”, de algún familiar que echaba cuentas desde el mencionado domingo de resurrección para averiguar qué día iba a caer tal o cual fiesta. El tema se iba centrando y aclarando un poco. Llegamos a la conclusión de que todas o casi todas las fiestas religiosas dependían de este domingo (la Navidad no, evidentemente) y que no sólo variaba la fecha de la semana santa sino todas las festividades al depender de ésta. Pero ¿cómo se fijaba la fecha de este domingo? La luna llena es la “culpable”. ¿La luna llena? Pero esto parece una fiesta pagana.
Es decir, la Semana Santa y a su vez otras fiestas religiosas que se “colocan” en el calendario dependiendo de ésta, son móviles y cada año se acoplan a fechas distintas. Está claro que también la fecha del Carnaval depende de ella. Unos cuantos fines de semana y parte de mis vacaciones o momentos de ocio dependen de un cálculo de la luna llena de primavera. La curiosidad iba en aumento, así que fue imprescindible consultar con “La Gran Enciclopedia que Todo lo Sabe”.
Tras poner en el cajetín e Google la pertinente consulta y navegar por unas cuantas webs, esta es, más o menos, la explicación y el cálculo.
La Iglesia Católica quiso ya desde un principio, conmemorar la muerte de Jesús el mismo día que lo relatan los evangelios. Como que en aquél tiempo, los judíos -igual que ahora- se sirven del calendario lunar, por este motivo la Iglesia ha sido fiel al calendario lunar.
De hecho, el calendario de Semana Santa, se rige por el día que cae el Domingo de Resurrección, que es el domingo siguiente a la luna llena del mes de Nissan (el mes del calendario judío) que corresponde entre el 22 de marzo y el 25 de abril.
La Iglesia aprobó la celebración de esta manera en el Concilio de Nicea celebrado en el año 325.
Es decir y de una forma más sencilla de entender, el domingo después de la primera luna llena de primavera, es el Domingo de Pascua.
Otra curiosidad que he descubierto es la coincidencia entre esta festividad y la Pascua Romana, o el inicio de la primavera celta, o….pero esto es motivo de otro artículo.
Gracias a Ernesto (Romano) y a Alberto (Cristo), dos de varios más implicados en la "discusión"
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