jueves, marzo 06, 2008

Uso de Mapas III. Geoposicionándonos.


Cuando introduje toda la tecnología dentro del habitáculo del coche la cosa se complicó un poco más.

Sobre todo para la propia “habitabilidad”.

En un primer momento adquirí un sencillo GPS sin mapas y para poder utilizar también en rutas a pie. Sujeto al salpicadero con un soporte “casero” cumplía su cometido perfectamente y aparte de ser un “juguetito” en los viajes por carretera al marcar velocidad rumbo, distancia restante a destino y demás funciones, pues lo dicho, después de los viajes dibujábamos el recorrido sobre mapa. También ayudaba, ya por sí solo en las rutas todoterreno, ya que introducía los wps y la ruta trazada sobre el mapa de Oziexplorer y sobre el terreno me iba dirigiendo aunque no veía el mapa, sino solamente una línea que unía los Wpts.

La búsqueda continua de mejoras hace crearnos necesidades que en absoluto son tales necesidades. La necesidad creada a patir de entonces era hacer “mapa móvil”. ¿Qué es el mapa móvil? Cualquier manual de navegación o en la ayuda de cualquier programa se explica muy bien. Básicamente el mapa móvil consiste en dibujar un símbolo (suele ser una flecha de mayor o menor tamaño) sobre un mapa con la posición que tenemos en un momento determinado, y gracias a una conexión del equipo informático que tenga el mapa cargado (portátil, PDA, navegador tipo tomtom) con un GPS (independiente, antena magnética, bluethoot, etc) . Esta flecha se va a ir moviendo leyendo nuestro desplazamiento sobre el terreno y se va a ir dejando dibujado una línea con el camino que vamos recorriendo (es el llamado track).

La primera vez que conseguí hacer “mapa móvil” fue tras muchos, pero muchos intentos con una agenda (ni PDA aún) Hp de las de tipo libro,que se abrían como un portátil pero de tamaño bastante más pequeño. Cable de conexión entre dispositivos elaborado por un compañero, el cable era cruzado , ya no recuerdo porqué problemas con la comunicación. Además mi Garmin tenía (y tiene) puerto de serie , no Usb y esto también complicaba bastante. Además echar a andar el OziCe en esta agenda también fue una odisea.

Un poco más tarde ya lucía en el salpicadero, junto al GPS una PDA, y una decena de metros de cable conexionando y alimentando de corriente a ambos. La versatilidad estaba conseguida. Por carretera utilizaba el “Vía Michelín” o el Tomtom y en campo el OziCe con los mapas de las zonas a recorrer y los puntos o Wayponts cargados, así como las conexiones de estos puntos o rutas, y los caminos recorridos por otros o los que pretendíamos recorrer, los llamados tracks.

Conseguido. Ya estaba perfectamente geoposicionado en medio del campo. Ya no era necesario llegar a casa y descargar del GPS el track para verlo sobre el mapa. Según iba avanzando por el camino, la flecha que observaba sobre la pantalla de la PDA iba dibujando una línea roja con el camino que dejábamos atrás. Todo esto puede parecer infalible y exento de posibles errores. Nada más lejos de la realidad, afortunadamente. Los errores son muy habituales una vez puestos en marcha y toda tecnología siempre puede ser superada por la intervención del conductor. Bueno, al menos se complementan.

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